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miércoles, 12 de marzo de 2014

Un millón 36 mil 761 solicitudes de información... y contando

Antonio González Vázquez

Tal vez no sea nada para lanzar las campanas al vuelo o quizá sea tan solo un apunte estadístico, pero bien visto, la cultura de la transparencia ha venido ganando terreno para empezar a consolidarse en México. El Instituto Federal de Acceso a la Información Pública acaba de reportar que de 2003 a febrero de 2014, los mexicanos han realizado un millón  036 mil 761 solicitudes de información.

En un país donde las tasas de crecimiento de factores positivos se incrementan a cuenta gotas, el que en materia de ejercicio del Derecho de Acceso a la Información Pública el crecimiento anual sea del 15.1 por ciento, sin duda resulta alentador.

Se trata de un crecimiento asombroso si se le compara por ejemplo con el pronóstico de crecimiento de la economía nacional que para este año es de apenas 2.5 por ciento.

Que los ciudadanos pidan información porque están concientes de su derecho a saber es algo que debe valorarse, aunque ese derecho lleve ya más de diez años de vigencia. 

Que los ciudadanos pregunten con más frecuencia e interés a sus autoridades, se ilustra con el hecho de que en 2003 se hicieron 24 mil 97 peticiones de información, en tanto que en el primer bimestre de 2014 ya sumaron 23 mil 289.

No ha sido sencillo socializar el Derecho de Acceso a la Información Pública, ha habido limitantes extraordinarias para que las instituciones públicas colaboren en programas de divulgación y difusión de ese derecho, mientras que los órganos garantes en las entidades federativas en muchos casos no han hecho su labor como corresponde.

Con el paso de los años, la cultura de la transparencia y del acceso a la información pública, ha venido ganando cierto espacio en los medios de comunicación, en las redes sociales y en muchos casos es tema central de medios especializados en la materia.

Ahora es posible encontrar en la prensa, por ejemplo, grandes reportajes o noticias inéditas que tienen origen en datos obtenidos por la vía del derecho de acceso a la información pública. Ahí se ha avanzado porque los periodistas y medios, aunque aun en número reducido, han entendido del enorme valor de la utilidad de esa herramienta legal.

Un millón 036 mil 761 solicitudes de información en una década en un país de 120 millones de personas puede parecer muy poco, pero en estos momentos en vez de detenernos en esa arista, más bien da la oportunidad de dar pasos en favor de un mayor y más efectivo impulso a la difusión de ese derecho a saber.

El reporte del IFAI publicado el pasado diez de marzo, señala que la institución ha recibido 54 mil 127 recursos de revisión promovidos por ciudadanos que no se sintieron satisfechos con las respuestas recibidas por parte de los entes públicos.

También, aunque pueda parecer una cifra menor, es gratificante que el ciudadano, sabedor de su derecho constitucional a ser informado, ya haya dado el paso siguiente y no se quede cruzado de brazos ante respuestas insuficientes o negativas totales de las autoridades.

Lo importante es que los ciudadanos digieran debidamente el hecho de que el Derecho de Acceso a la Información Pública es un Derecho Fundamental, una Garantía Constitucional.

Un ciudadano bien informado tiene más poder que uno desinformado o de plano ignorante de sus derechos y de lo que hacen sus autoridades, por eso, es reconfortante ver que aunque a paso lento, el Derecho de Acceso a la Información Pública siga avanzando hacia adelante.

Sería deseable que así como la sociedad pregunta más, los servidores públicos en las instituciones públicas de los tres niveles de gobierno, los servidores públicos de los poderes legislativo y judicial, así como de los organismos autónomos descentralizados muestren una voluntad de mayor apertura y dejen atrás la cultura del secreto y del manejo unipersonal y discrecional de la in formación que al ser pública, es de todos.

Con las reformas recientes en materia de transparencia y acceso a la información pública, en el país es posible hacer solicitudes de información a los sindicatos, a los fideicomisos y tal. Ojala y la tendencia se mantenga y a que los nuevos entes obligados, se les pregunte y se les pregunte, incluso hasta el cansancio. Es un derecho y hay que ejercerlo.

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