Se busca (un auténtico) presidente para la CEGAIP
Por Juan Antonio González
Este lunes inició el
registro de aspirantes al cargo de presidente de la Comisión Estatal de
Garantía de Acceso a la Información Pública. La institución garante del Derecho
de Acceso a la Información Pública va por su quinto presidente.
Dicen que no hay
quinto malo, pero en este caso ese supuesto hay que atenderlo con las reservas del caso, pues bien visto, de ninguno
de sus comisionados se puede afirmar que ha dado el ancho.
De acuerdo con la convocatoria emitida por el Congreso del Estado y publicada en el Periódico
Oficial del Estado en su edición del pasado 15 de abril, el cierre de
inscripciones será el 30 de mayo.
Como se precisa en la
convocatoria, el actual comisionado presidente, Alejandro Alfonso Serment
Gómez, concluye su período el día 30 de junio. Quien resulte electo o electa,
estará al frente de la CEGAIP del primero de julio de 2014 hasta el 30 de junio
de 2018.
El método de elección
para este caso no es ninguna novedad y se basa primordialmente en las
características de elegibilidad señaladas en el artículo 89 de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado.
Los aspirantes
inscritos tendrán oportunidad de presentar su proyecto de trabajo, mismo que expondrán
ante los diputados quienes podrán cuestionarles, además de que los legisladores
podrán hacer uso a su derecho de réplica.
No hay mucho por
desvelar del procedimiento legal que seguirán primero, los integrantes de las
comisiones unidas de Gobernación y de Transparencia y después el pleno cuando
llegue el momento de votar de acuerdo con el dictamen que presenten las
primeras.
De donde habrá que
poner mucha atención es las maniobras políticas que subyacen detrás de este
tipo de elecciones de los organismos autónomos descentralizados. La acción
política de los partidos y los diputados de acuerdo con sus intereses, algunas
veces coyunturales, son a menudo los que más pesan a la hora de elegir.
Quizá la primer
arista de reflexión en ese sentido, es que se estará designando al presidente
de la CEGAIP en un momento marcado por la sucesión gubernamental, es decir, es
muy probable que al gobernador Fernando Toranzo le interese mucho incidir en
manos de quién quedará la Comisión para cuando él ya no sea gobernador.
Se dice en los
pasillos de palacio de gobierno que la elección del presidente de la CEGAIP no
es algo que les ocupe ni les preocupe, lo cual puede ser una verdad absoluta,
pues a la administración de Toranzo hay mil cosas que pasan en la entidad y no
le importan.
Pero como se trata de
una institución estratégica en términos de saber qué hace y/o dejan de hacer
las autoridades, seguramente al gobernador sí le interesará que tras dejar el
cargo, haya quien le proteja de las molestas preguntas que hacen los ciudadanos
acerca de sus gobiernos y gobernantes.
Pensar que al
mandatario y a sus más cercanos no les interesa la sucesión en la CEGAIP es una
ingenuidad. Es seguro que meterá no solo las narices sino las manos para cargar
el fiel de la balanza en alguien, por ejemplo, que pueda ser de un perfil tan
bajo como el de Serment.
Al gobernador e
incluso a los diputados, les conviene más un comisionado timorato y gris, que
uno genuinamente interesado en la transparencia, les conviene más tener un
nuevo comisionado igual de anodino y sin iniciativa como Serment que uno que
sea impulsor activo del Derecho de Acceso a la Información Pública.
A la clase política
potosina le conviene más un comisionado del perfil de Serment, es decir,
improvisado, que uno de bien preparado y con trayectoria en ese sector de la
transparencia que sigue siendo tan manoseado como vituperado y manipulado por
los agentes de poder.
No se sabe cuántos y
cuántas se vayan a registrar, mucho menos podemos presumir que les mueve a
inscribirse, pero lo peor que puede ocurrir es que, como hasta ahora ha sido,
terminen por registrarse los enviados y patrocinados por el poder público.
El mandato de Alfonso
Serment ha sido para el olvido y tiene a la Comisión en los últimos lugares de
los organismos garantes a nivel nacional. Con él, la Comisión se ha estancado a
partir de una parálisis inducida por su nula visión como representante de la
ciudadanía para hacer valer sus derechos constitucionales.
Con Serment en la
Comisión, la institución ha perdido confianza y credibilidad, su fama creció a
partir de su ominosa complicidad con el Estado frente a asuntos controversiales
de ocultamiento de la información. Con él, se perdieron cuatro años. La
sociedad ignora qué es y qué hace la Comisión, pues el presupuesto anual se
gasta en salarios y comisiones y no en la difusión de la cultura de la
transparencia que para muchos sigue siendo tan desconocida como cuando él se
hizo cargo de la CEGAIP.
Los diputados de los
cuales nos hemos acostumbrado a fuerzas de escándalos a desconfiar, tienen una
tarea sencilla: elegir a alguien que en su perfil y trayectoria desde ya
resulte mejor a Serment. Entre quienes se inscriban deberá haber varios mejor
que él, pues no se puede ser peor que un burócrata que solo aspira a cobrar su
quincena sin molestar a nadie.
Sin embargo, la
elección puede ser muy compleja para los diputados, pero solo si se comprometen
a elegir al mejor o a la mejor, no al que señale el dedo del gobernador, del
secretario General de Gobierno o el líder de tal o cual bancada.
Es cierto que pocas
veces los diputados han dado señales de un actuar honesto, transparente y claro
de frente a la sociedad, pero siempre hay una primera vez. Esperemos que esta
elección de presidente de la CEGAIP sea esa oportunidad y que esta vez se vote
con independencia, libertad y con conocimiento e información.
Si se cae de nuevo en
la tentación de elegir a un encubridor y no a un garante real del Derecho de
Acceso a la Información y la Transparencia, seguiremos en un San Luis bajo el
yugo de la cultura del secretismo, el oscurantismo y la opacidad.
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